domingo, 5 de febrero de 2012

Fracasos.

El amiguito @CarlosGuerraA me contagió en diciembre pasado de un proyecto que, si bien no vio la luz, prometía ser EL proyecto musical del momento, mentira: Una lista con los 10 temas más relevantes de toda la historia personal. ¿Se puede? No, o al menos para mí resultó en un fracaso indiscutible. Mi lista comenzó fácilmente con 2 docenas de canciones y en el afán de disminuirla iban apareciendo más y más temas, algunos de los cuales no tenía idea que habían existido alguna vez, pero que en algun momento habían sido parte de mi playlist diario de camino al colegio/universidad/carrete/etcétera. Canciones para todos los gustos que recorrían en historia varías décadas, algunas anteriores a mi propio nacimiento y al de mis viejos y otras que no pasaron de ser hits de verano naranja de cierto año de juventud.

Entonces se me ocurrió otra cosa: Quizá funcionaría si hacía varias listas "top ten", separadas por época, estilo, idioma o x clasificación y después de tomar las más relevantes de cada una se podría tener una "oficial" que fuese algo más imparcial. Resultado: Tampoco. Ya cuando empecé a clasificar el asunto por sub-listas entendí que también habría más de diez y hacer un sorteo entre todas me dejaría un sabor amargo de haber discriminado géneros importantes como "canciones mamonas sub15", "pastisones", "favoritas del día" o "ésas que escuchaba con mi abuela el domingo después de almorzar".

Ya por ese entonces estaba odiando al amiguito mencionado. Por hacerme la bacán y copiarle una idea que él mismo ya me había advertido era frustración asegurada, terminé insomne, lápiz en mano y con muchísimas hojas arrugadas y tiradas por el suelo, pero me resistía a aceptar mi fracaso. ¿Cómo era posible que no pudiera rescatar entre 23 años de música las diez canciones más importantes de entre un charco eterno de discografía musical? Pero en esa misma declaración estaba la clave de todo el asunto: escucho música desde que tengo memoria, cuando chica era La Festival (para que siga siendo puntual), los discos grunge de mi tío y otros muchos casete de nueva ola copiados de la misma radio. Después fueron los "mano a mano" con los vecinos, las canciones propias mal grabadas, las "tocatas" con esas bandas bajo perfil no contadas de la historia personal, las muchas presentaciones de bandas conocidas por todo valpo y viña, los locales, las discos, las recomendaciones, las dedicadas, los carretes, los conciertos, en fin, un pantano musical en donde TODO tenía su importancia y donde nada podía ser dejado atrás.

Ahora ya no tengo esa ambición, acepto que me gustan muchas canciones y la mayoría de ellas tienen una historia que contar, además todas las semanas voy conociendo cosas nuevas y todas van haciéndose un lugar de a poquito en mi biblioteca musical. Tal vez un día haga una lista, pero no serán "las diez mejores" y menos "las diez más importantes", será una lista abierta, sin principio ni fin, en la que cada tema tendrá la misma oportunidad de subir o bajar en el ranking a medida que se me vaya dando la regalada gana.





PD1: Ya no odio al amiguito, desistí del proyecto y ahora tenemos un nuevo proyecto de "proyectos musicales frasados". Quizás con eso de "fracaso" nos vaya mejor.

PD2: Justo ahora, mientras edito antes de publicar (y fuera de webeo) suena "Resistance" de Muse, canción con toda su propia historia en mi vida, pero eso realmente da para otra entrada, bien larga y bien mamona.

1 comentario:

Carlos G. dijo...

Esa es la cosa, dejar fuera una canción, es dejar fuera una parte de la vida. Y mal que mal, todo lo que ha pasado, todas las canciones, dolorosas o no, felices o no, para días de lluvia y de sol, son parte de lo que somos ahora. Elegir una por otra, es negar lo que uno es. Te guste o no.
Así que basta de listas. Hay que aceptarse hasta con las cuecas que uno bailó en los pubs cuando tiran música para que la gente se vaya. Cuecas, vals de los novios y canciones de Cachureos, en mi caso.